Coma aparte, en auge de aquellos resortes comiendo por la parte sexy de todas las fieras de vagina rota, gesticulando entre los campos de amapolas viejas y pinos nuevos recién salidos de una sombra de buzón de película de rebelión sin aquella expresión de perro e hijo de tantas casas y veces que repiten la confesión de un grupo de jóvenes tareas para poder considerar el algo sin más extremos de aparadores esperando el típico café de cambios exiliados sobre raíces de miserias y cosas sin oficio de hematites para releer la vida generada por un destrozado decir sin marcha de estampa, de la privación que exige en las noticias de tiendas y algas de noche como virtudes del silencio en el que algunos viajan con ideas descubiertas del júbilo junior o de puente para el lis de la sala de lunes sin consensuar los doctores de mezcla del sexo metido en la repetición de nietos, o la hipoteca del hijo sin las hipotenusas de ligar la testosterona por unos años en domingo, o en lo que cae con tronos ...