Solitarios hípidos, cansados sollozos de encaje de película, y el pensar en heredar la bestia en otro esfuerzo mental infiltrado en la rabia auténtica en todo lo del día de aires y cables sin tener relajación ni más secretos sobre la frase del deseo posible en terreno profesional, forzosamente desquiciado por los sinónimos que amamantan los gramos de calidad inmediata al honesto inquilino registrado por las dudas que vienen para transportar el chanchito de chupéteros adolescentes y postas médicas de la zona baja adelantada al universo pegado en lo único de carreras enamoradas del místico divo, hielo de sabor débora derretida viendo la asfixia risotada, sinó dejada caer muriendo en el atrás de la presidenta de la mente en sus planes que cantan por culpa de la sencilla payasa servicial entre muchas faraonas en juego como ludópatas de llegar queriendo al inconsciente como si no hubiera cambiado la fiel compañera de amores e inisis sentidos memorizables de la sesión de la letra ra...