Ir al contenido principal

Przahsgdiquwy

Humilde apenas, mecedor de meretrices y penas de miedo, pequeño pero suficiente para atragantar un ente hambriento de sexo, de vida, de nada que queda en el solía, en el filo del segundo rango del primer plan si noches ni vísperas del teatro, del terciopelo de su cortina y la peluca del apuntador que improvisa otro polvo mal hecho, lanzado sin compensar quizá alguna tarta, quizá alguna habitación llena de pelaje acordándose del bueno y fenicio lugar de especulaciones que quedan al resto visibles a la trastienda, a la razón desmesurada que deja encuentros del no hace mucho sin palabras legalizadas por el rol de égole, de susurros y lunes sabor a café, a costumbres turbados de fragilidad y risas importantes para aprender del mundo o algún hilo hacia el decirgarbanzo como insulto de descargar con canciones y vulpes y vinilos de iceberg callando los mimos, la interrogatoria de dormir y la inserción de afuera, del por favor con tanta emoción de hipotéticas comebolas y siguientes clangs de cuantos atardeceres de carne, de bímbolas, de formas, siendo repertorio de trabajo y de saludos sudados y ritos raros y músculos y joyas de tres horas, de pospeínas y deliciosas fuerzas tomando la presentación de maneras de humo subidas al ciclo de tarabateas y mombasas en la sala arousa de couracomo desordenados tragos de guerra por el semental más consciente del éxito que rodea el warsab acompañante de los cuantos años que cuentan en independiente en formación de aniversario y tiritas de metal para sellar el pase a más mundo para pasar y comer la aventura de la reproducción, en una de las canciones de levantarse para fornicar la melancolía, la estética que se entrega al pintado sin sensualidad, al exacerbado de sucias pasiones y bocas y licores y talentos que estrangulan con la corbata la rabia que no pinta con sangre los poemas de partera que añora los calados ímpercos de alimañas aliñadas con limón y chorrito de necrocinesis, a palazos del episodio, del título, del frío posible, efedrino, número siniestro de otro hijo también de esperas en bandeja y la clase de lo mismo que tapa la chanchada dedicada al narcotráfico de ébrias vergas del living mientrass e juegan la traducción por avanzar y beber otro legajador estéril escrito anticipatoriamente para repetir el demoledor del prozac emprendido por la púa del tentado que sostiene conmovido tras el trazo con el miedo de los próximos inadecuados pasados del desusado auntómata y psicastésico despersonalizado en oídos, como un ayer que no cuenta para la cocina que anincia rezar para el tratado aplicado a la lejanía de la combinación de palabras y la misma extraña agudización de aquejos y tabaes en el caldero de la sífilis inspirada en los estados de ánimo y formas de turros irrecuperables.    

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feta

Beyaz peynir may be added varying przed tulancingo y trucos de pastelitos de espinacas y feta, entrantes, primeros platos, segundos platos, graffado queijo solo de letete foi contem gordura por cento alcroco, la piedra, la blanca salmena, gritos, llaves, risas, bocadillitos de tocos de mizo, chocos, moho, tatar de peluche, tártar, motivos, nacimientos, afarolados con acqua di gio, presidentes de ses españoles, prestaciones, préstamos hipotecarios, cosas, tatareos, chicharachones, pasos en reinvenciones y musas y moscas abusivas, fetas, pestes, rillos, décadas, foggias, focaccias, stracciatellas, gelatos, creamsoups, desigualdades, fugas, flanes, taines, cosas cool, petúnias, cloacas, viagra, spam, beyaz peynir, jamones, naftalinas, felaciones, mamaderas de madera, lobeznos, fetas, alls desu shima itte, y preguntas también, períodos irritantes, ketchup, boleznos, miradas bien cerradas, ambiguas al extremo rondo, pelotas acá y allá, delirios, pelotas, pastas darrospide, pasas, melones, f...

Macanudo con B larga

Cuelgan costumbres, carteles en la sala de espera de cada señorita atlántica sobre el gresite o el mármol vecinal, ancho de noventa en pequeños espacios libres dentro del baño completamente rojo, hinchado, coli, de Nara por ahí con caipirinhas y sadades de bossa nova y tres mil personas más segun cálculos, y calquetas amarillas sin mayor reflexión de metales y objetos opacos de tres partes impresionantes y grifos como los demás cantares y pensares y algunos de los impresionantes plasmadores de imágenes neurtras, limpias de sudores puestas para el golpecito final, luego aceite, sal, vinagre, ensaladilla rusa, saitán, queso, gazpacho, cotonetes como teloneros emisores hasta el sinfín de palabras raras y delirios ambulantes, emulgentes, a veces persianas risueñas y sueños que cuentan Tullios y batallitas de niños, de niñatos rugientes de cóleras y tripiteos hechos a mano, sólo que con algunas coreografías de más, y compañias publicitarias que se deberian de detener pero no, hoy no cenan v...

Pitilingorri

Pitis, o lingus con salsa de pasajeros y barazares casi embarazadas de brazalete, o informatizadas con el chip de conocerse e imitar las guarradas en cada pitilingorri o cerros volcados en una galleta aislada y encajada para el sabor rozado de madrugada con fruta de temporada o bosquejos o huellas del otro telele que sigue juzgando con el sentido negativo, con las oscuras y blanquecinas iniciales del todo, de aislar coleccionistas de silencios y rechazos por parte de adosadas lagunas y quizás calles o terrazas de cafés, de horchateras soluciones para no salivar con los cuartos, con cada desorden de verbos, adjetivos, sustantivos y promesas para el glande, para volver a rugir como semental, como cereales sin conocedor de anticuarios que sobreviven definitivamente para dialogar con el amor de volver a doblar la picha sin tijeras, ni la cabezada pop, ni la evolución del nini takami, del otro tatami de rosas y pajaritos fúcsiasfornicando en el hostel reservado especialmente para futuras ...