Ir al contenido principal

Muira puama

Empinés, muira, tan acompasada como la nefasta salsa amansada de puerto en tranquilos trancos o ritmo de usar la retranca, la pompa o el boato de extrañar la base de azul que no sabe orientar la inconsciencia pueril, robada y agradecida con los íngionos de gurbio desde la coqueta, a lo bello de a veces un desconocido paseo que renuncia al pinball escuchando la canción del viento, que pasa de alguna manera con la pasión sencilla y en un cierto sentido retirado por la demanda estudiada por el trabajo delante de un superior preparado por los extraños movimientos de culo y cadera y silla de bocadillos y deudas trabajadas desde la mañana hasta el quilo de quiós y dueños de epitafios que no ponen letras en la pamba del preciso instante que muere y no vuelve como orgasmo curioso, de primeras sensaciones de novelette escrita con los sustitutivos a posteriori de crear sexo en aquellas horas finalistas e inherentes de neutras primaveras que salen del lado para creen en las posibilidades de no rememorar el verdadero trozo de descatálogo del bastón para marear más bombachas, o el múltumesc la fel de avisar que no será la última de varios mimos para encadenar el olor del gas desertor, como el cartón granulado de te verde, de idéntica fabricación de miura puma para la hembra de erecciones y preguntas de dos dormidas de escritura underground de doce errantes arrendados de ventanas y coches y chichos para excitar chicles de clorofila y ojos leyendo kokobunij mezclado con pardas calles sin mujeres que no tiene nada que ver con la próxima revolución que forma un preparado químico de desodorante de manzana sin marca proporcional de un piano de cola entre ámbares omegas vividas que manchan la incapacidad del precio cubierto del poder original de la marrada que escapa de otra traducción como cotón denso que continúa goteando metros al micrófono pasando horas chupando los morros de los ruidos de la eme que empieza por corbata y termina por culo sedoso con olor a jeringa en forma de tapón de cera y escasos dedos de bar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feta

Beyaz peynir may be added varying przed tulancingo y trucos de pastelitos de espinacas y feta, entrantes, primeros platos, segundos platos, graffado queijo solo de letete foi contem gordura por cento alcroco, la piedra, la blanca salmena, gritos, llaves, risas, bocadillitos de tocos de mizo, chocos, moho, tatar de peluche, tártar, motivos, nacimientos, afarolados con acqua di gio, presidentes de ses españoles, prestaciones, préstamos hipotecarios, cosas, tatareos, chicharachones, pasos en reinvenciones y musas y moscas abusivas, fetas, pestes, rillos, décadas, foggias, focaccias, stracciatellas, gelatos, creamsoups, desigualdades, fugas, flanes, taines, cosas cool, petúnias, cloacas, viagra, spam, beyaz peynir, jamones, naftalinas, felaciones, mamaderas de madera, lobeznos, fetas, alls desu shima itte, y preguntas también, períodos irritantes, ketchup, boleznos, miradas bien cerradas, ambiguas al extremo rondo, pelotas acá y allá, delirios, pelotas, pastas darrospide, pasas, melones, f...

Macanudo con B larga

Cuelgan costumbres, carteles en la sala de espera de cada señorita atlántica sobre el gresite o el mármol vecinal, ancho de noventa en pequeños espacios libres dentro del baño completamente rojo, hinchado, coli, de Nara por ahí con caipirinhas y sadades de bossa nova y tres mil personas más segun cálculos, y calquetas amarillas sin mayor reflexión de metales y objetos opacos de tres partes impresionantes y grifos como los demás cantares y pensares y algunos de los impresionantes plasmadores de imágenes neurtras, limpias de sudores puestas para el golpecito final, luego aceite, sal, vinagre, ensaladilla rusa, saitán, queso, gazpacho, cotonetes como teloneros emisores hasta el sinfín de palabras raras y delirios ambulantes, emulgentes, a veces persianas risueñas y sueños que cuentan Tullios y batallitas de niños, de niñatos rugientes de cóleras y tripiteos hechos a mano, sólo que con algunas coreografías de más, y compañias publicitarias que se deberian de detener pero no, hoy no cenan v...

Pitilingorri

Pitis, o lingus con salsa de pasajeros y barazares casi embarazadas de brazalete, o informatizadas con el chip de conocerse e imitar las guarradas en cada pitilingorri o cerros volcados en una galleta aislada y encajada para el sabor rozado de madrugada con fruta de temporada o bosquejos o huellas del otro telele que sigue juzgando con el sentido negativo, con las oscuras y blanquecinas iniciales del todo, de aislar coleccionistas de silencios y rechazos por parte de adosadas lagunas y quizás calles o terrazas de cafés, de horchateras soluciones para no salivar con los cuartos, con cada desorden de verbos, adjetivos, sustantivos y promesas para el glande, para volver a rugir como semental, como cereales sin conocedor de anticuarios que sobreviven definitivamente para dialogar con el amor de volver a doblar la picha sin tijeras, ni la cabezada pop, ni la evolución del nini takami, del otro tatami de rosas y pajaritos fúcsiasfornicando en el hostel reservado especialmente para futuras ...