Ir al contenido principal

Dirilidna

Dirilid, la venda sometida al coraje en rigor repercutido para criar como aquellos roces que van gachados con sus tontos que entienden las vías de harina y vendabales capturados como radecillas más radicales que las palabras teñidas de anaranjado y algo de champas en las del bache al pecho, a los hormonosos tres de trecho heólico y nono fábulo o dacio o yardas de organdí entre eres y entes y centros o potrancos del giro en mirlos y lavanderas abanderando los incitados pájaros cascañedos o los aires casi idénticos para detonar la eternidad que acondiciona la burlesca a media asta de la huella de huelgas y conejos cojos o collares de juguetes perfectos o eneretos entre los preferidos de la picaresca picuta del quenquelé o kumquad a cascoporro de cenizas y la segunda etapa paseando el gruyere, la chiquita cata que mira desde el fondo que duerme tumido al no importar las estaciones cruzadas de los comejos para saber cruzar la forma de comicidad con la letra del oro crónico en la fe de amalgamas y papusas y desandadores que alcanzan al cuá, y al tal, y al timbre de mañanas que desueñan mil canciones grises, callando sin inhalar la muerte, los contínuos derroches escondidos en el distinto tránsito de la ausencia de luna acatada para no discutir con el charco del hechizo que identifica la luz del oso, de ningún punto de la cascana que desnombra hasta tocar otro tirabuzón del einer fall en manual  de abrazos y resfríos de copionas melodías hechas de crucetas aisladas para adivinar con la desarticulada reversión a la amada siendo decir, tocando la pura flor de cornetas y adicción al gigante intento observado que abraza a la polaroid dilindrina con civilizaciones y lugares del mismo gordo aunque tratado como catadora despreocupada del balcánico macuto gastando la siesta de fotos viejas y cincel roto, extrañado por las semillas del óleo con la estepa inservible arrastrando el gasto, los instintos materiales de la primera parte de un nombre pensante, o del tren que encaja con la copla del favor, de los trenes de tribulaciones y tramos del sopor impedido por las potencias sin posesión de habilidad que incapacita el cambio de mentalidad encerada siempre en la tira de utopías como tic tacs en tintas de venas o retenciones de la propia letra que ni existe con las dectilares pintadas de idiota sin peligro en el seis en raya payaso, con un inocente apagado con la coherencia del gemido, de no quererlo como visión del pobre, o rata, o mascota o aprendiz para cautivar y cavar el drible en el rincón de salida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feta

Beyaz peynir may be added varying przed tulancingo y trucos de pastelitos de espinacas y feta, entrantes, primeros platos, segundos platos, graffado queijo solo de letete foi contem gordura por cento alcroco, la piedra, la blanca salmena, gritos, llaves, risas, bocadillitos de tocos de mizo, chocos, moho, tatar de peluche, tártar, motivos, nacimientos, afarolados con acqua di gio, presidentes de ses españoles, prestaciones, préstamos hipotecarios, cosas, tatareos, chicharachones, pasos en reinvenciones y musas y moscas abusivas, fetas, pestes, rillos, décadas, foggias, focaccias, stracciatellas, gelatos, creamsoups, desigualdades, fugas, flanes, taines, cosas cool, petúnias, cloacas, viagra, spam, beyaz peynir, jamones, naftalinas, felaciones, mamaderas de madera, lobeznos, fetas, alls desu shima itte, y preguntas también, períodos irritantes, ketchup, boleznos, miradas bien cerradas, ambiguas al extremo rondo, pelotas acá y allá, delirios, pelotas, pastas darrospide, pasas, melones, f...

Macanudo con B larga

Cuelgan costumbres, carteles en la sala de espera de cada señorita atlántica sobre el gresite o el mármol vecinal, ancho de noventa en pequeños espacios libres dentro del baño completamente rojo, hinchado, coli, de Nara por ahí con caipirinhas y sadades de bossa nova y tres mil personas más segun cálculos, y calquetas amarillas sin mayor reflexión de metales y objetos opacos de tres partes impresionantes y grifos como los demás cantares y pensares y algunos de los impresionantes plasmadores de imágenes neurtras, limpias de sudores puestas para el golpecito final, luego aceite, sal, vinagre, ensaladilla rusa, saitán, queso, gazpacho, cotonetes como teloneros emisores hasta el sinfín de palabras raras y delirios ambulantes, emulgentes, a veces persianas risueñas y sueños que cuentan Tullios y batallitas de niños, de niñatos rugientes de cóleras y tripiteos hechos a mano, sólo que con algunas coreografías de más, y compañias publicitarias que se deberian de detener pero no, hoy no cenan v...

Pitilingorri

Pitis, o lingus con salsa de pasajeros y barazares casi embarazadas de brazalete, o informatizadas con el chip de conocerse e imitar las guarradas en cada pitilingorri o cerros volcados en una galleta aislada y encajada para el sabor rozado de madrugada con fruta de temporada o bosquejos o huellas del otro telele que sigue juzgando con el sentido negativo, con las oscuras y blanquecinas iniciales del todo, de aislar coleccionistas de silencios y rechazos por parte de adosadas lagunas y quizás calles o terrazas de cafés, de horchateras soluciones para no salivar con los cuartos, con cada desorden de verbos, adjetivos, sustantivos y promesas para el glande, para volver a rugir como semental, como cereales sin conocedor de anticuarios que sobreviven definitivamente para dialogar con el amor de volver a doblar la picha sin tijeras, ni la cabezada pop, ni la evolución del nini takami, del otro tatami de rosas y pajaritos fúcsiasfornicando en el hostel reservado especialmente para futuras ...