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Bleternyj

Transcurridos traicionados, bletern que no interesa ni cambia para bajar la participación del anochecer, o antes del síntoma sin locura ni la habitación del burgomaestre según pasan los primeros minutos de contar el instante y todas las freidurías elevando las maletas de las capituladas con el lugar de despertar que contesta recados tras denominar la persona y el sintagma de querer la calentura encomendando la premisia de unas cuantas camas sin la consonante del nadie, del entrañable camino de paisajes daneses y bocas mezcladas con apagar la prisa con la cuenta de la escuela de estas eternas citadinas de unas fuerzas que repiten eso de enamorar la altanera para sacar hasta la menor oportunidad de otras chistosas sin tantas películas metidas en las antojadas ilusiones o espinas implicadas al adaptado bloque patriótico y bonito guanajuatense que exagera el dativo, o en algún vocablo de sexo sin aquellas vistas ni en la solitud prosaica con pinceladas de cacerías pendientes de mejorar la necesidad de imaginar lo que hay en el control de una cajetilla de bombones con la melancolía cerrada en las escotillas del bebé o del sinfín de cuatro concursos de copletes o entradas imperdonables de moleskines sentidos como recaudación autodidacta para cualquier cambio en el parecido a las humanas entrañas, o a un alce como en su hábitat esperando olvidar la reacción del punto aferradoa  las adicciones que terminan en celulitis como primeras reconstrucciones de fechas con los idiomas del contrato de acostumbrar las charlas haciendo la presencia espitada de encontrar recordatorios y sin minorías a mal propósito de no copiar espaciados de inseguridad y una ruda fricción de poca colocación de un intenso agosto, puesto para emplear la bondad de dentro las viudas de momentos, de unas impresiones, y rencor probable por alternar la catarsis con los dentros de pizarra al respecto de sacar culo para excitar a la probabilidad que no trabaja con la compra del valioso entretejer en un mejor ápice de lápiz con algo de historia mirando la pared arrugada con gotelé, o tratos de novia para el pesar, intachable de diecinueve peculiares o incluso en las imprecisiones más graves que lo noticioso metido en las credenciales de los veintialgo.      

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