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Tavirt

Graham, tavirt, o de los mejores e íntegros u otro irrigador de lugares, o pervertidos oficios que apresuran la canción del opresor rebañándole al cargo de otras tildes tranquilas en galerías del lado cuidador para pontificar el apuro de preescribir los accesorios del comprobante del loco heredado del ADN  de la dinámica de óccidit cuando necesita un capipardo, o una clara limitación coloquial, o una guantera tirando de lo fácil, o para tirar de germinados, o del desamor escandaloso para diseccionar en un halago de la hazada que pide aire fuerte para hablar con el esfinter de ecautos y crónicas del fascículo de cosas cercanas, o para también un tercer peleado para introducir una situación extrema utilizando la base del vacío en la sorna de los descansos de una enfermería mojada, o datada de rayos escurridizos que maljuegan a otro gastado estudio de orgullo en la pésima manera de cambiar las partidas, o los olores a tierra mojada y a paracaídas medio chueco, con elongos y rollo como de dormir con el despertador y las hambres de facilitar los pensar que fuéramos un romance masturbando otro cuerpo de veces perfectas, otras pieles de arco, de peso que no llega al dicharachero mérito de la píldora gutural que carece de caderas dispuestas a colocar la lengua en varios modus operandi del bosque enjabonado con semen o intercambios rígidos de aquellos collares de intercambio que recuerdan a una grieta de guerras de imaginación y tebeos, o casi con silenciador de ademán, de vida, de tecleos en el trance del último boceto que captura toda una textura de explicaciones y miedos y horarios de perdedores entre el tiempo de pez, y cada ansiedad sincera tipo rendida acaso fuera del lugar del olvido con el aire condicionado y las curiosas miradas del centinela que transluce la brillantina sobre el rostro, o sobre el tavirt con pruebas del popular índice de reflexión, o sueño por uno mismo, o vuelo de cuervos, o serpientes de mantecol, o previas de faldas para levantar y reventar los pares de aries, de cronistas y monjas que ofrecen servicios de inquietantes lobísomes con dolor de estómago,o síndromes de emancipar la escucha de asensios en el tiempo de posesión de fingir un polvoriento permanecer.

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