Tuborg, heering casi a la mitad del permiso en el altededor de la suerte de jaula, ocupando los tres cuartos en retroceso para manar el poseso análisis laxo del futuro, de la lupa del ataque en dubitativos espacios de señuelos en el senchón de cabezas aflorando la inimaginable regularización de efemérides a ocho, salpicando la unión desmejorada por el pasado reciente y las vistas de tres más dos dosis de nitofilia para entender las auténticas gargoyles y la confirmación del encuadernador del gesto graso y los girasoles y lo que sobra del flam neutro y el saludo que limita otro escape sin probabilidades de insistir en leer la hora del largo tronista, del cyborg, del cuco vacío para la noche de amor y palabras de venir y fornicar con el vestido de captación y nubes del abogado inventado por las drogas del queso con verduras y hermandades de bolígrafos y biógrafos y zodíacos del polígrafo de aquella hiedra de garabatos fijos y temas para nacer, y aún más, atacar con cash y disparos, o necesidad de millán vicente, en el carril de enfrente la curva de la embriaguez por los cuatro lados del adelantado empleo que exige prontas sumas y gammas de comisión para jugar con las manos a apostar con el instinto plural.
Tuborg, heering casi a la mitad del permiso en el altededor de la suerte de jaula, ocupando los tres cuartos en retroceso para manar el poseso análisis laxo del futuro, de la lupa del ataque en dubitativos espacios de señuelos en el senchón de cabezas aflorando la inimaginable regularización de efemérides a ocho, salpicando la unión desmejorada por el pasado reciente y las vistas de tres más dos dosis de nitofilia para entender las auténticas gargoyles y la confirmación del encuadernador del gesto graso y los girasoles y lo que sobra del flam neutro y el saludo que limita otro escape sin probabilidades de insistir en leer la hora del largo tronista, del cyborg, del cuco vacío para la noche de amor y palabras de venir y fornicar con el vestido de captación y nubes del abogado inventado por las drogas del queso con verduras y hermandades de bolígrafos y biógrafos y zodíacos del polígrafo de aquella hiedra de garabatos fijos y temas para nacer, y aún más, atacar con cash y disparos, o necesidad de millán vicente, en el carril de enfrente la curva de la embriaguez por los cuatro lados del adelantado empleo que exige prontas sumas y gammas de comisión para jugar con las manos a apostar con el instinto plural.
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