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Trapisondia


Trépise, o trapín para el trapo tratado de tarado en el impacto delante la cita previa mantenida por la sede del banco, en pilotos maragda con la inmunidad del tacto de museos y colecciones permanentes de confecciones y servicios con la marcha entre más recambios para el banquillo del stop motion  y los cuadros del pisado entre el hasta luego y las sequías de sexo, disimuladas por la doble figura que pentra y desatasca y suma versátiles premios del primer cabizbajo de la poesía y protestas para hacerlo todo más corto como el futuro set de virgas y atmosferas del mar acercadas entre la suavidad del sereno sketch del pub con algunas fulanas de domingo hablando de variables y varietés y sonidos de paraguas para la paz que adelgaza junto al precipicio fiel al teletexto y a las mariposillas de chamanes y mosquitos que acaban encontrando parrillas de carne angus y oxígeno claustrofóbico  al tacto del feo anormal y sin conspiración que amenaza el petero y el verde rubio y la mujer por dos, por exprimir la traición de aquella morrae de serología y morreos que idean el recuerdo desinfectado de los ganglios del miedo y cada incubación del comenzón de otra fiera en el vínculo de la prole con el peinado de la factoría que acabará con la sección reina, pero dentro de los umbrales del gelodol técnico hasta las gónodas agotadas de los ataques de aquella menor temperatura acelerada que retoma la palabra del horóscopo.

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