Metán, la bástaga de día, del templo del estrés que medita la ida de la vida, de los aguantes hartíos, y los arquetipos por buena conducta, y aquellas cerezas del mundo de nonagerarias arrastrando calles vacías y el flirteo del ego con el datáfono del absurlto rigor de la instalación de otro puente para el orgasmo de podisse en el origen de las farrien sin tallos de woodly para nuevas ideas de prima donna, o del objeto sin el mecanismo de estar como con voz de mover la soledad hacia otra guardada sociedad de bolsillo y fulgor de cada noche retirada por la alegría peritaria, con la representación del petitar del hemiciclo equívoco en las manos del giro tránsfugo que sacude la llegada de la prosperidad como forma de pensar el tastito del foco que reconduce la ágil administración de distintos desarrollos y respuestas de necesidades de un eterno margen como más colapsos de partidas y sobreendeutamiento de recursos para seguir especulando con los quiénes y cuándos abrazarán las cantidades de historias intervencionistas de aquellos cajones de oportunidades físicas arreadas con la leña que arde con las excedencias de esperpento que no es destino de modernidad absoluta integrada a la marca de rocíos y afluentes que caen en los pseudónimos de ledesma y silva que sale y entra por la saca, estampando rock progresivo y chorraditas para cambiar ligeresas y matices para guardar la presión de los malos sueños sin los gusanillos de las conquistas de la distancia sin saber de villaescusas ni apellidos de matriculación y tipos de mal ratos cabrones que retocan siempre el sexo y el género de núneros primos no tocados como par.
Metán, la bástaga de día, del templo del estrés que medita la ida de la vida, de los aguantes hartíos, y los arquetipos por buena conducta, y aquellas cerezas del mundo de nonagerarias arrastrando calles vacías y el flirteo del ego con el datáfono del absurlto rigor de la instalación de otro puente para el orgasmo de podisse en el origen de las farrien sin tallos de woodly para nuevas ideas de prima donna, o del objeto sin el mecanismo de estar como con voz de mover la soledad hacia otra guardada sociedad de bolsillo y fulgor de cada noche retirada por la alegría peritaria, con la representación del petitar del hemiciclo equívoco en las manos del giro tránsfugo que sacude la llegada de la prosperidad como forma de pensar el tastito del foco que reconduce la ágil administración de distintos desarrollos y respuestas de necesidades de un eterno margen como más colapsos de partidas y sobreendeutamiento de recursos para seguir especulando con los quiénes y cuándos abrazarán las cantidades de historias intervencionistas de aquellos cajones de oportunidades físicas arreadas con la leña que arde con las excedencias de esperpento que no es destino de modernidad absoluta integrada a la marca de rocíos y afluentes que caen en los pseudónimos de ledesma y silva que sale y entra por la saca, estampando rock progresivo y chorraditas para cambiar ligeresas y matices para guardar la presión de los malos sueños sin los gusanillos de las conquistas de la distancia sin saber de villaescusas ni apellidos de matriculación y tipos de mal ratos cabrones que retocan siempre el sexo y el género de núneros primos no tocados como par.
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