Visto de antemano señala un cielo de verdes ocres pardos, una especie de asno con tres morros y cuatro colas y cordeles de algodón que cuelgan de sus patas traseras frente al cuadro lánguido, de acetona recubierta de nata batida inclinada, blanca, trenta y cinco botecitos ATO y otros montones de nata parados, esperando el autobús de línea, el sexto delirio olvidado y traducido por preferencias entre otras esposas y ciruelas amarillentas, no dieponibles por la suegra que aún no existe sobre escorias griegas en sus pautas habituales de cinco minutos de durada, no más, ya, sólo quedan cuatro novatos alegres en una calurosa tiendecita llena de fulanas ofreciendo canapés de caviar e intentado vender depresiones al dos por uno más los incentivos del ivi más honestos que sus víctimas de contacto.
Visto de antemano señala un cielo de verdes ocres pardos, una especie de asno con tres morros y cuatro colas y cordeles de algodón que cuelgan de sus patas traseras frente al cuadro lánguido, de acetona recubierta de nata batida inclinada, blanca, trenta y cinco botecitos ATO y otros montones de nata parados, esperando el autobús de línea, el sexto delirio olvidado y traducido por preferencias entre otras esposas y ciruelas amarillentas, no dieponibles por la suegra que aún no existe sobre escorias griegas en sus pautas habituales de cinco minutos de durada, no más, ya, sólo quedan cuatro novatos alegres en una calurosa tiendecita llena de fulanas ofreciendo canapés de caviar e intentado vender depresiones al dos por uno más los incentivos del ivi más honestos que sus víctimas de contacto.
Comentarios