E no, para nos dar suas sugerencias del organigrama dispuesto, dale álanos pois eles, en perpétuo crescendo vulgar, o ese desparpajo del lechón del martes, dorado, amarillento, viento en popa, como siempre modificando, extrayendo el jugo de cada cosa, de cada lamento amenazado, luego inventarios, días de la semana, a saber cuantos loros y cacatúas mugrientas y muñecos enlazados con robots de cartón-piedra, casi hasta la timidez formal, cosa que nunca encuentra el desayuno a la hora establecida, ni se le pasan cosas por el sendero de la verdad en cuanto al capital, en un momento no, en dos, tres, cuatro y hasta cinco, o seis armarios en formol, también incluidos los fracasos y sugerencias de cintas para poner a la venta de estudios y plazas pois eles, capriche chegam para marcar presença brasileira, o algunos caprichitos rosados y blandos, como nubes recién sacadas del horno, de las nubileras vírgenes.
E no, para nos dar suas sugerencias del organigrama dispuesto, dale álanos pois eles, en perpétuo crescendo vulgar, o ese desparpajo del lechón del martes, dorado, amarillento, viento en popa, como siempre modificando, extrayendo el jugo de cada cosa, de cada lamento amenazado, luego inventarios, días de la semana, a saber cuantos loros y cacatúas mugrientas y muñecos enlazados con robots de cartón-piedra, casi hasta la timidez formal, cosa que nunca encuentra el desayuno a la hora establecida, ni se le pasan cosas por el sendero de la verdad en cuanto al capital, en un momento no, en dos, tres, cuatro y hasta cinco, o seis armarios en formol, también incluidos los fracasos y sugerencias de cintas para poner a la venta de estudios y plazas pois eles, capriche chegam para marcar presença brasileira, o algunos caprichitos rosados y blandos, como nubes recién sacadas del horno, de las nubileras vírgenes.
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