
Biuro bis y las pasiones por medio de gritos, romanticismos, hábitos, bicarios, biciclos, roles, personajes, porceles, zócalos sur, génovas o salas de muñequillas entre hacer confesar la noche o media hogaza de pan cortada al sesgo sacado del diván tercero por la derecha; ahora no sé la caricatura en medios generales, la cárica del sin embargo restante, la eternidad, el mantecol, calderas verdes o el simplemente potosí del rostro armenio que se dirige a sus atados labios sin sexo, sólo masturbación y médicos y bestias que enseñan a usarla, deuterónimos flacos, incitatus cada vez en dirección norte, derramados en fraguas y curtidurías postizas, barbas, múhos y prósperos, típicos decires cantados con magistrados de hidromiel e dovéssimo morire il corro para el entierro bajo y la gula, además de sidra sin bríos prestados vítores como fuelles y recuerdos inagotables y lecticinas de profonol y hojas de hierra anunciándose en galanterías, espacio y tiempo cabalgando entre padres indomables y de todos a todos, a algo en otro momento inoportuno como las barbas borrascosas, lejanas entre las zarzas y el instante arropando lo circundo, las vueltas sutiles, las laderas que vierten las pausas y repeticiones octogésimas, visibles, de dulce aliento y moradas imprecisas, henos, chalanas, algo idiota, demasiado estúpido para discutir de insondables conjutos gozados y rodillas y pantorrillas, polifermas de campana baratas, anestesiadas de prozac y trenta y tres másalgunos machos diseñados para durar resúmenes y síndromes pre menstrual, pómulos, orotos, soretes, sacaras, aracas, bigotes, biurozlecen como muñecas de feria.
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