
Xoirhaseto, lohasutaddu, noroso toys bodom hahete oera i duodo rhia uaz prap wop shi ogas; yo invito, en cambio desconocemos dactilares interrogando ratos sofocados, mayoristas en sät pratar, ya está bien la ensalada de precios rápidos hasta cuatro o cinco veces pipas de boquitas y boludeces, marchas, asientos, de repente gotemburgo y prisas para determinarlo en apoyos necesarios del ya para no perder confianzas con el mismo prójimo corrido, pasado igual, vivido, vivenciado por cualquiera en un trozo de papel secante desde el principito dormido vestido a salir de invitado y las marismas toscas repetidas del sät, noroso toys bodom, me parece extraño, como un cebo grande, pintado de aveto de clara strënsom, alrededor nervioso, una especie de yo suspirando por vidas mejores y agradecimientos en kemperers y agrados donde el bullicio arranca y cómo se pregunta y mira los quizás del tiempo, tal vez los papeles pachuli, o los tres a verte, a buscarte, a mamarte la sudedera, la bombacha, las putas preguntas eternas sin respuesta angustiadas por los esfuerzos recibidos y cada reconocimiento, cada baba, cada lágrima, cada pedo en tres, cada cuento de hadas sin minotauros protagonistas adornados con repeticiones y escarapelas diluídas por el mañana, todo lo de qué a la noche, a la próxima vida de pasajes largos y herejes izquierdos y castillos y aún sueños con princesas demoledoras de vergas y portadoras de bombachas satinadas adictas a los hijos como conejitos de indias para pruebas y lluvia dorada, cunilingus, armidas, intención de montar demasiado cómoda y mucamas domésticas y responsos toujours ocupados bajo faldas y ligas y bombachas no sólo mías de celos elícitos de mermelada y corrupción.
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