
O yo que sé...quedado bien, como siempre veintiocho bajo cresta vida, puella puerca, bella puerca, movimientos, tíckets, comidas, estractos bancarios todopoderoso, en qué interrogatorios de plastilina y baba, sitios de captura achaparrados entre ellos, entre los dos tubitos de alelíes blancos, muros fotógrafas, tushíes avidam, paradas, cumbias, convoyes, hebreos, dirgasikaraus, negaciones, deseos de hablar con quién, sobretodo pozo y podía hasta extremos y energías amatorias, sermones que pasan página al pie de la espalda mútua bañada , patinada de aleros caprichosos alrededor del cuello del útero de cada enfermera breve y nonatos del amor con esos corazones y polvos rotos por el pánico de cambiar de piel y de píldoras rojas para el sexo y hablar de virginidades y búsquedas de bases rosas y recursos en la penumbra del pánico raro, ansioso de necesidades y triunfantes satines chingones, enmbombachados como regalos prisioneros en bocas ajenas y en repercusiones a contrapelo del muslo que protesta desde las dieciocho primaveras que sueña en comer tocadiscos y trastes excesivamente ricos, felices en cuanto la producción de esperma y el acuerdo tutti colori para donantes del mismo líquido tempranero, eyacul...rio y lo que sigue y se mece de confianzas y de gritos como si nada, esparcido en la bendición existente, cabezas como dote gaúcho, como don de chajáy otros apelativos en duelo soldadesco, como pieza, sujetando el blanco a punto de tirar o yo que sé, de decir que no termina en kafka manena, Martín melander, pasejos entumecidos, húmedos, diafragmas que recuerdan el comportamiento diez veces tardío, de lo falso, visto por testigos novatos.
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