
Pessingbuchburt de tango y farandulita, de garneles y conchas y tratos y después de todo juicios y segundas vueltas y vueltas y tetas y tratos y conchas y requiescant, imitando oporús y lalalás inventados y repetitivos jugos de mosca, ajillos y cinderellas prestando dudas a la viá varage, a su carta...de pie, de mi mujer, de la mujer pirata que no se sabe si me besará o parará ante lady, o chamán, y los dueños del hecho, del perico, de la viá, y la pulcritud en el momento terríbulus, la otra encima la encimera bordada de cabello de ángel y tortitas de miel y semen y celos encogidos, distantes, en pausa larga y papusa román, refugios sin ventanas bajo el polvo y con posibilidad del désfugue retratado para calmar el cosquilleo del ñoqui y soñar con famílias de bombachas inmóviles, de creo cuerda, cerdura y abierta hasta el colchón del sacerdote sin vida que necesita la pastillita azul para volver a la bombacha de los gitanos envenenada de promesas y lirios marchitados que acaban undiendo la contrapalabra y cada pedo, cada gas, cada loro, cada erup, cada borbotoa, cada currucú, ocre padre nuestro, bajando por la calle decepción a mano principio, llegará la eñe papizota, del resto, de forma diferente bajo el pánico del autor de las licencias de cada escritor cándido, paupérrimo, depende del final feliz de cada amante o vecina tierna en morro de una novela de violencia y a la vez pasión guerra, márgaret, opresión de no poder con el sexo cable, de temer ets y algunas síntesis de la pareja en ser, la calle imbécil rozando el porticón de roxana y otros estímulos con preguntas de mi gusto y respuestas parecidas al mayor placer existente girando alrededor del cuerpo ansioso y lírico al atós slop padre derecho, extrañado de la narración y el papel de la leve sacudida neutral; creo cuerda, cerdura, ciruela abierta y una vez más el falta algo, sólo palabras sueltas.
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