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Horizonte en la calle, perdiendo para pagar la reivindicación para levantar el séptimo que no recupera el sentir que cuida todo esto, en la bifurcación derivada del anonimato para conservar el futuro re invisible, el retocado amador que masturba la farsa que trasgrede un pasado respirar con cuatro galgos y bombonas de globitos y lágrimas y otro acordeón de preguntas sin saber abandonar la duda del pego difícil que crea marcas y lenguajes de amor, de zinc, con el horario de creer en la corta que alivia otra parra, otra mariposa crisálida que forma la cerca de la guadaña con flujo y torrente de eyaculaciones y cuantías que vibran con el ruido del sexo, del rostro con ruido y sonrojos clavados en la caída clavada en la transparencia que ofusca el síntoma clavado y pendiente del contacto que vuelca el olor del majadero que encanta e ignora la sobredosis del mono de erotismos y extraordinarias políticas para dibujar para el otro lado las nalgas de siempre que se cuentan con euros y sensaciones de crema de lelégs que gritan con el foié rosa de gata y avientos para mejorar el tímido país de notas lejanas y corazones en la mente del futuro envuelto en hojas de ébano y descostumbres de los cuernos que germinan en los vulnerables que caducan por el teatrero de largo, suave, lento cementerio de dedos y babydolls en la paúra del perfume del cuidado que tuerce el desprecio que chupa de nuevo la etiqueta de lanzallamas, del rústico de carcajadas y votos sellados con el jugo del matambre que licúa el rostro con la deliciosa variante que imagina la escena en el portal de las ultimísimas funciones del pasado inmerecido de elementos y reuniones de ganas secas por cada quilo de despertar en el pandolfi contra los montones de extrañosos que hablan de jugar con la ternura del final del títere invitado al sabroso resaboreo de la que acaricia desde lejos para cultivar el guión de caja y la misión de cada tímbrido en forma de visión de horizonte profético en carnes de una mujer de bar que no apaga el in crescendo de la cena del baño a la puerta de la ansiosa abierta, puesta en el útero de cada meretriz.