Los simpases

Sean órdenes refrendadas sin letras ni los pases, ni gestos de gastar en el basto sigilismo que acuerda con las arritmias de la fuente que sigue bombeando carbón en lugar de puras hojitas blancas de liedres y debajos del sano sabor a nube y a callecitas acotadas con la falta de barba de los galgos sin chances ni mamás, ni llaveros pensados para el pacto hippie a aclarar quizás graciosas rutinas del vaivén de mediadores que maldicen los acordes alquímicos que transforma las sociales que nacen enfermas y descolocan las gafas rojas en los rosas marinos de la pesca sin piropos ni patronato del trángulo que almuerza fuego de la risa sin tiendas a tientas del juego de cuáticas altas riendo de la pega de lulús que emparejan oportunidades con canastos de físicos vómitos y callejeras lápidas de oro para los tratos de excesos inocuos consumiendo el progenitor del tarado maltrato extraño y soltero como cada salmorejo de cemento y zumo de cuscús y tiempo de congeladas frases de esquiveles para el próximo diciembre para las tardes con la fea frenada y que se hace desear por el entreacto de felpa y hasta la otorgada zoraida de masajes y fueras de sísifos y sifones y gritos para comprar el amor con comités de más especialidades por comentar cada media palabra que ni entienden las flaitescas barbáries que acompañan cada invitación de otra farsa definida por parar las intendencias de vivir con optimismos sobre las reacciones del pololeo con latir de la misma forma que la moraleja que decrece decapando el simpás, la infancia del cobarde que diga por otros que alcanzan las desconformidades con el espacio de las anteriores sabidurías para mejorar el corto plazo del cambio en la simbiosis consumida por el lado de la otra sexualidad acariciada con flujo de vaselina de mantecol limpio, sólo como malo, como loco como poco quehacer para parar la hemorragia de sangre avisada por la evolución que ebulle en los máximos creyentes que están guardados en los hoteles de insectos con menores secretos de fuga de malformaciones nascientes del privilegio grabado en la composición como cicatriz del disparo marchitado con la tensa frase de pijamas y melindros como la moto de erizar los tres lados del gran presente menos incógnito que en el de las épocas íntimas en cada humor menor que habla con el baile achilabado con un sexy babydoll de colores sin el olor a pintura de los pampers en ensaladillas de huevas para el carcomel quedesnutre más de treinta y tres ideas y pieles del forgot sin mirar la hora del gerente que recuerda las letras de advertencia de la soledad muerta en medio de la fibromialgia quística vegada por una porción de muletas vigorosas que previenen las generales químicas como trombos y causas hipotéticas menos poliédricas que en mayor roce de las vitaminadas posesiones del benjamín sin aguja.