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Quimicefa

Tuve androginios, desesperación del ni me importa dentro de la tarde en el laboratorio de quimicefa con el tetenal y el paro expuestos a temperatura luz, de lujo y queso de montañas y cefaleas para imbricar la metamorfosis constante de maravillosos pútridos de cuidada neblina atómica que se remece al ingreso arellano o cada jankem de vacíos que se atraen en contra del petulante parecido a las carnes de la acropinia y los huesos de las afueras del fantasma herido que confunde la penetración con los quilos de sueño seco de integridad y casi tres verdugos veganos del juego de picotear arcadas y porratas de mayo azul cobato de otro átomo dipsómano, o en altares de amor resueltos por el cómodo paisaje de anticipos y milongas de sakana sin jugo de sake que incentiva puramente la cabalgata del deseo, del químico café con coulant al sol, al paradójico poema de bazar, de cada sencillo e intrínseco resumen de troesemas y agujas para miogramas del músculo, del silverado desfase de despistes y proyectos que volverán como suprema de alentas con lágrimas de emoción depoder abrazar el árbol que justo hace dos días era todavía semilla, de menos de tres píxeles por pulgada acercándose al bandoneón de soda que decorda el estuche sobre otro cascabelito de ocasiones de noche de fondo, como sintonía de radio y famonova y hormonas del batallado reservas que tocan camino al trabajo, a la guerra de la batería con vodka y púgliese en cuanto menos se carga de leilas el secreto del meditabundo billete de dos franelas de risa que conoce todo lo que ocurre detrás del más sensible disfraz de niños e invisibles plantas de brito del pino como botetano, aquél crostrado de murge y situaciones vinculadas con las riendas del sultán que capitanea a lo prohibido del guano individual de menos calidad que las estampitas de arcángeles y los desprecios en directo y loa halagos que fuman martes por séptimas pistas de enfermas vísceras del riesgo postrado en otro impresionante escenario de malrotaciones al vesoar para el viernes la ceñida compañía de las siguientes contenciones de fiebre que revive la palta recién como proteína de alondras y gavitos en cualquier nidón de uséases y brujerías y dayas igual que las tallas de sujetador que excitan al incentivado novio que elige una nancy igual que el farfaro con las maletas en el triste aeropuerto de noche, de yumbas, de lunes a jueves. 

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