Sutún, paduano o cofal, o de algo nuevo sin ritmo de alcanzar un hasta, una palabra sin un luego de enemistad y montañas de celestes armatostes que se salvan de la boda del ordenador que no cuenta más del ayer, del ex alcoholismo acomplejado del futuro timbre del culo que se fija en la angostura de la atracción de movimientos del ruido anidado como creencia de un mal día, o de algo de colofón en cofal, en bimbebús, en el silencio de la última decisión de la facilidad con empezar por el cansancio del próximo intentode tocar y oler una lágrima de pintalabios y pitidos ensordecedores de aquella imaginaria trastienda de moandraba y moho sin la meticulosidad de las pinturas abstractas y las alas que se ahorran beber y fumar y fornicar a cada camarera con la mente y con las ausencias de reveer las reverencias y vestigios de la pareja de ceros y capas naranjas de jabón sin ser del igual, con la entrevista de los olores concisos y mafias denunciables de recuerdos que acabarán con el zen de las...