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Sconto

Reserveo y como sconto de la nada burra desde la cara de la adoración como bag mountain para conocer a la manteca, al amor de aquella inexistencia de rebentar el motivo cansino de la insatisfacción y flecos sin aquellos años del padre dela única unidad que suma sin cuidar el olor de armario cerrado y las transpiraciones de la esa de lobillo y plastilina que calienta los pies en el tercero de acarrara, en los calefates con humos y sérums labiales para apodar un pequeño cebo, de pie como ratios de patio por la pesadez del scont, sin contar con la respuesta biográfica, canónica, enfocada en lo puesto, sin oposición de las maneras del coche, ni de aquellos pilotos titulados por parlamentarios y caprichosos con el turno de morosos y más bichos de yokohama, de literalidad de la educación explicando la subida a la escapatoria del perro cimarrón, y los barrotes del ente, del gulgo que transpone el concepto de la excavación con el  cartel de cera matando a cinco euros, o durmiendo con las absurdas algas de los genes que no pueden pasar de las genéticas sin cadena de mudanzas como saliendo de la codorniz entre maestros de salsas de brócoli y yogur y fusión del núcleo, sin los huesos de antes, ni lo que no puede ser con la caja concepto como chantaje para enseñar esa fluidez que no conoce las risas pobres y los platinos como contactos de cinco segundos a borde de la exploración apretando el recoloqueo, y los horarios de honorarios que no recuerdan donde tienen que mear las opciones repetitivas de la batalla de gallos por el grafismo de la apuesta de hablar de scont, de las dudas ideales de tapas y tápers.     

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