Totora, el cóndor del pronto lo sabremos, quizás dentro de pocas horas espera el silencio y las costumbres abanzan y derrumban la antigua evolución azul, que hacía angústias y a la vez esperanzas, cuatro desde el siguiente cóndor probable, la próxima seta hasta el extraño personaje con monóculo perturbado, desesperadamente la base guapa a cualquier vacuno, tirado como cualquier tableta de chocolate a la corte de la mueca marinera, el logístico de los diez dólares, brivalis malolientes, molestos, callados, de goces y respuestas que de momento facette mámmeta y se instalan al presidio entre polvete y polvete con la estrella y las cabras al mercado del o sea correcto, impecable para una que pasa la piedra consigna, ananaes de la lástima misma de tenerlos cerca y besarlos como a la novia invisible del mismo calvario.
Totora, el cóndor del pronto lo sabremos, quizás dentro de pocas horas espera el silencio y las costumbres abanzan y derrumban la antigua evolución azul, que hacía angústias y a la vez esperanzas, cuatro desde el siguiente cóndor probable, la próxima seta hasta el extraño personaje con monóculo perturbado, desesperadamente la base guapa a cualquier vacuno, tirado como cualquier tableta de chocolate a la corte de la mueca marinera, el logístico de los diez dólares, brivalis malolientes, molestos, callados, de goces y respuestas que de momento facette mámmeta y se instalan al presidio entre polvete y polvete con la estrella y las cabras al mercado del o sea correcto, impecable para una que pasa la piedra consigna, ananaes de la lástima misma de tenerlos cerca y besarlos como a la novia invisible del mismo calvario.
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