Profecías in bezzo arrancan en flato para no decir nada y tumbar la manga cónica, sólo un par de minutos más y un par de besos por parte de ella, que ni tan solo existe su dan, su código genético, su bombacha satinada, su taxi, su evangelio que todo el día vigila sin irse de copas para proteger al prójimo y cuidarlo al máximo, para la mayoría y vigilar todas las profecías ocultas en los centros de cualquier Margot medio raro, en el fondo críptex, criptonita, río Tinto, fictício, en el lejano de la substancia verde; krypton, tabla periódica incolora y reseñas siempre sin sentido cunt, ni bien acaba de ojearlo para sustentar la postura y complicar la vaina sin techo. ¿Normal? Al terreno cultural del estado del asiduo en relación al abrazo fino y a tantos días y tantos simbolismos escarlata de cartón piedra, antojitos, alusivos, consecuentes de la descoordinación oral del fuera de lugar.
Profecías in bezzo arrancan en flato para no decir nada y tumbar la manga cónica, sólo un par de minutos más y un par de besos por parte de ella, que ni tan solo existe su dan, su código genético, su bombacha satinada, su taxi, su evangelio que todo el día vigila sin irse de copas para proteger al prójimo y cuidarlo al máximo, para la mayoría y vigilar todas las profecías ocultas en los centros de cualquier Margot medio raro, en el fondo críptex, criptonita, río Tinto, fictício, en el lejano de la substancia verde; krypton, tabla periódica incolora y reseñas siempre sin sentido cunt, ni bien acaba de ojearlo para sustentar la postura y complicar la vaina sin techo. ¿Normal? Al terreno cultural del estado del asiduo en relación al abrazo fino y a tantos días y tantos simbolismos escarlata de cartón piedra, antojitos, alusivos, consecuentes de la descoordinación oral del fuera de lugar.
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