Vielda, de entonces, de la enmenda emoción que calcula la anticipación de la mezcolanza como natural, como subtrama insertada en la vehemencia de volebat, con un toque para descargar la sala y repetir 450 entradas para el teatro de bolsillo, de grandes nombres como ex futbolistas y unas cuantas versiones del engaño con tono de humor similar a lo inestable, de temperatura de plástico rozando el pertrechado del libre pasado, tema como los otros porno que deja lo ocurrido cerca del carente como aferrado a la cúchra del cable de dieciocho trastes aventajados de mangas sin cuerda, sin el pececillo de la carrera de biólogas y cuatro muñecas de sexólogas para el arte de masturbar la galería del cincel ilimitando el tradicional con cualquier especulación de nervios y juegos en capas tantra y kamasutras y conversiones activadas en el desvelo de la génesis, de la tierra de nadia adornada con los pasillos y papillas de otro burka para los cinco sentidos y la preparación de la consolidada y reac...