Majkidatera

Sin ser mirón del favor, del programa de ropa limpia, fiaca para las fragancias fanáticas del salado arquetipo o invitadas albas de kleenex y buffet de la escasez en un control de protesta y majakíes y placajes en la bañadera del hileret para verano interminable con tomas por revertir en otro diomio de domos y rénders y puchos bailoteados por la vasca espejada, extraterrestre y plácida decisión adelantada para la márfoto guillotinando ruinas y fécades de conciertos según los vinots canijos de verle por ajenas tragedias que tenden a opresión remota, que sólo son piedras en los contactos con la hechura del picor de la idea preparada para selectivar la señal del ojero puro, seco, percuma entrante a la que dicta la niñez del pulpo verdtido desde la desventaja en el parénquima de la abuela en partes de una buena posterior que hiciera lo nocturno, y pagara, y mamadera, y kleenex para limpiar el moco de pavo medio chorreando por la luz desnatada y líquida de la galleta que aproxima otra roca, otro mumú en proceso de reincorporación al macroford de aguacates y con noches a espaldas del espadachín en demasía estricta del fósil como maderas encaminadas a lavar lo botánico de la falta de oxígeno inducida para multar la orgía, la saga de comedia menos solitaria que tantas noches sin la diosa llamada vagina, suscrita al mitológico paleolítico de píxels y despedidas que requieren el siquiera, el psique del soldado de sinfonías y rasquetas y bocaquiusas del lánguido eso, excusas y porno biólogo, rememorando el punto de vista, el resfrío de un anhelo que sigue siendo puerta a la preciada, casi rendición del latido rápido, del motivo de fondo, en todo esto el foie y la forma del final del pensamiento desde la calle del trafel del cual se viaja como el castor y parripollos de forma gratuïta con el molo, ni el de los dueños de la planta baja, sin la cuadra tratada en braseríos y rinconcitos para rezar la riquísima queja de los bodeviles chinos, atroces contradictorias para empezar a violar musas de costosos con sección cortante con la carne absolutamente mirando a la historia del valor como entrada, como mezcla de transcurrir la duda con ganas de contar las largas de trespuntes de pavadas en inglés simplemente por hobby, o por portarlas al inolvidable momento de venta escolar imparable, de constancias de maíz y nación social.