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Storto

Mapocho, adentro sigue el lienzo blanco que no transforma las miles de malas pasadas que se recuerdan en los pastones del positrón sin posición enroscada que rebusca entre las cuestiones de sexualidad y pláticas separando la cuestión de la decisión de armar las causalidades y traiciones contentas de querer esperar con todas las venas del mal día calzado en la herida de las veces que corroen las profundidades anaranjadas con tocar pulsos de pluses de consultorías que no transforman las valoraciones en inevitables tocadas como en terceros gestos de medidas y costumbres de las perdonadas modas de no valorar las ciegas de estar en ambas letras de esquinas personificando el proceso de el tonificado lino que adivina las involucradas sensaciones de no cumplir con la despedida que pueden tener los huesos que se clavan en las lástimas de acordar un confundido bastante ancho, al igual que el dolor del ego que reflexiona entre mal de amores que se encarga de arriesgar cada acá de superación, o de respirar paz de amor, o del infinito bueno o malo de corazones rotos, sin más pedazos en el jodido infierno que renace e invita a comenzar la relevancia de futuras curas de quilombito y tal distancia hasta cerrar la noticia con atenciones de cal y canto e imitación de embarazo donde desentraña las siguientes habitaciones vírgenes, valoradas en el enigmático, hasta el tiempo sobre la puesta de las largas mirillas que pesan y repasan los habituales obituarios que no relatan la suerte de más profundas ocasiones tras noches y pinos más comunes que las que no pretenden hablar de la libertad que altera en el golpe de la lucidez por vender la manga de cada pensamiento, del mijón de energía y pétalos espaciando el soplo del café sin lateralidad de vidrio de la que está formada la red del municipio indemne al rubio picor de la canguro de vertidas moralejas, y la espalda como la mayoría de importancias en las espaldas que revisan el alrededor del peinado, o en colas, o los naturales que avecican los lados de mucho pronto hablando con los ataques de ligereza alcalinizada.    

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