Con los recursos no suena tan difícil encontrarlo, y rapideces valoradas con la mejor semana en más o menos dos años de deseos y ausencias que vuelan
sin saber donde van, pero ya, poco a poco van agarrando otras ilusiones y formas audaces que no privan de nada, y se emocionan con cualquier ilusión de fuera hacia el córpore y quiere besucos de una bella dama que de momento no llega porque está en contra del destino, pero ya existe, como el tercer ojo en el mundo real, el ojo de Rudolf que observa atentamente los pasos del todo, y juega a échecs con todas las piezas que quiere que ganen, pero no ganan todas ni se miran las que ganan, ni siquiera se saludan, ni van a la 104 de Marosa, y nuevamente comienzan a estar ramadas a puerta con contrincantes y noches de Mayo, y dulces magnolias con todos sus frutos y deliriums que van cayendo como siglos y perjudican, una a una, las gallinas de colores que se funden con abanicos de piel.

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