Algo confundía al resto con sus ojos saltones, en blanco, que más bien parecían no tener nada que decir en el día a día. Se veían entrecortados, con un tel, lejano, que inundaba las lágrimas que poco antes habían caído de sus ojos cristalinos, ahora blancos, llenos de babas y arreglos con pijamas y mortajas de lacas y peras divinas que usan el enfoque de su flujo, y comparan las aguas y pañuelos llenos de cadáveres mortuorios directamente de la morgue para pasarlos media vuelta a la plancha con aceites vegetales, y nutrientes enmortajados de salchichón del país con ajillos y nutrientes adicionales que se quedan con sus boquitas cerradas, llenas de mantecol y dulce de leche Uruguayo y diferentes recetas Argentinas, pero con fervor, que hierven i fríen algo para recordar.
Algo confundía al resto con sus ojos saltones, en blanco, que más bien parecían no tener nada que decir en el día a día. Se veían entrecortados, con un tel, lejano, que inundaba las lágrimas que poco antes habían caído de sus ojos cristalinos, ahora blancos, llenos de babas y arreglos con pijamas y mortajas de lacas y peras divinas que usan el enfoque de su flujo, y comparan las aguas y pañuelos llenos de cadáveres mortuorios directamente de la morgue para pasarlos media vuelta a la plancha con aceites vegetales, y nutrientes enmortajados de salchichón del país con ajillos y nutrientes adicionales que se quedan con sus boquitas cerradas, llenas de mantecol y dulce de leche Uruguayo y diferentes recetas Argentinas, pero con fervor, que hierven i fríen algo para recordar.
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