
Lo que sirve de norma, se dice, pero no son buenos datos, siempre discretos y viriles desconcertados con falsa publicidad para aprovecharse entre las boticas de los eucaliptos, y pilas de periódicos viejos que se detienen y sacan mariposas coloradas, fieles de todo, blanquísimas, enloquecidas por pocas ideas de dentro, tastets que salen para volver a entrar en otras, y probar el foie con gambas, y cerrar la boca, y delirar cada vez cerrando los eyes y viendo moscas y papillas volando por los aires, que se creen infantiles, árboles dentro que escupen lar ramas ardientes de extraordinarias ausencias, con diferentes sabores y olores que se notan poco, y siguen delirando y viendo panties rosas recién usados, sin lavar con satines de colorines y cruasanes enbalsamados que todavía se aguantan derechos por su íntimo bálsamo recién comprado a la tienda de juguetes.
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