
Als je normaal denkent persoon was dangerous book for boys dat hat, explosión de sabor explícito que derrite con maestría, con la muy temida, sentada, cristalina, con la falda cargada de rosas y tabúes que espiaban por un resquicio de su alma interior, pidiendo socorro, calcinando la otra sien con liebres granates y lisas, afelpadas que se mantenían al alire como plumillas azules, criollas, pequeñas, que no quieren llamar la atención y siguen su camino sin volver al sofá en tres años o en dos días o cuatro noches, o mejor en pleno dia, o nunca muerde el mantón rojo, las ramas de la noche decididas a algo concreto, claveles rojos, finos, se ocultaron de nuevo envueltos de boniatos susurrantes, tempraneros, aunque sin saber que estaba allí.
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