Nosocomio

No es el no negativo, de restos, de largos pésames, de jauríos que comen lo normal, lo lleno de decires y empezares que tragan por la culpa feliz del nosqué, del hambre sin risa, sin desayuno fijo en la ducha enriquecedora del juego de luces sin el traje del historial haciendo crestas de espejos, de pulsaciones en baja como símbolo incómodo, en el primer café sin pie vivamente, sin amor doradito de coordenadas y alguna vez el trauma del fallo que arde como púas de pudor y naufragio constante de noés comidos por la puta desesperación para encontrar el plácido huidizo incluso sin el destino escrito en la inmensa decidida para no reescribir el méxico del hace siete décadas y miradas de insidia rebajada con la prófuga ximena de encantos acelerados por las bránquias del celo en do, en secas permanencias cerca de los extraños posos de carne alzada en las bandas de rocas y vegetación sin nada más del dial con seis dígitos de cualquier raza de boca espuma y corales colocados para el sitio perdedor en el sitio ganador, exitoso y tierno, sin tiempo que dice hablar de la herida mal curada, mal puesta, sin la dé esperando el fracaso que cae del frasquito de orgullo tan estimulante como la confianza del capitano tumbando el barco y todo lo que habla mal y se pudre en mezzo del piropo que traza la muda de algodón, los trausers de la fulana de ajedrez que se cree la primera dama del rico dibujo de compulsivo trazo como aragón, como la máxima repetición del máximo éxtasis que no es el cómico como que juega con consonantes y míseras esclavas observando el cachondo acordeón de adredes y boguis bastante vulgar sobre el talento entre pianos y más ritmos del apremiado primero que plasma años duros pensando en el ahora clavado en las ganas de pensar en futuros hijos y repitiendo el hueco de la falda sin interiores de más base para la otra lista de dormir en la entrevista de un pócker de tener los recuentos y pasto de camarones corridos con fuego y tierras de cambios y clases de pretecnología avanzada y aplicada en los enormes moscones que atan las salsas de nervé y pantallitas para invitaciones chorrozas con dúos de discos para el mismo yacaré primital que reforma las gracias del revés, del justo momento ya tocado por la lotería de lozanos maestros de esas medianoches para la vuelta del corte, del jeroglífico de atenciones y pinchitos del nos veremos entre medio del hasta el decir del volúmen de testosterona en temas como para invitar la tira de voz preciosa y partimento garantizado por la abusada memoria del viejo timbre partido por la fuga para diferentes fandangos al poquito entender del sitio de trajes de karma y tintes llamados a decidir el tipo de humor igual que el hasta ahora.