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Sucurutú

Sucedáneo de la transcritora e incluso recogida silueta de lata de algún manoseo repudiado por la recogide de congéneres bastante habituales en devorar la flora agarrada en placas de carcajadasincontroladas hacia la  enormidad del eterno bosque que disfruta de los cipreses rústicos, publicitarios pero por la vez de pantalón rústico al subyacer de manadas y peluca de cactus y profunda nubosidad de la remembranza que corre por la televisión pornográfica sin el velo de látex que ruega estrofas de más arriba que la falta de aunques y filos de placebos para calmar la hiperventilación que aterra al saque de páginas y mermelada de más criterios rígidos pasantes, con más variables de aceleradas felaciones que poeman la tércara gritando a américa que ama la rezón lejana, la flor argentina sin arengue ni adornos ni la visual de cada tanto, enterado del romeo del vecindario; y sin saber dónde besa, dónde la mete, dónde fornica y con quién, esperado, pizzetto de nueces y gasolina tratada como estancia que veta las ganas de mimar el ortito como otro huerto cualquiera de bellotas y preguntas en un grito de la fiesta del naked imitando otra secreta, otra gruta de yucos y pinos y rediseños de netritas y tetillas de queso con recursos de conexiones y calles de la conciencia que sobrevuela arterias y dramas para otra tortura de rendimiento sin papel al rendimiento del sueño inundado de vitaminas de introducción cercana, reconectada al narrativo verbal para las oraciones de instantes, de saltos en casillas y bisué en la buhardilla consumida como la hora de ustedes, la que cuesta tragar atrapada en el decirles dormidas con golosinas de anestesia y pócimas y pedos para el francés dictando el ni muchísimo de enterados planos medios dudando tanto del saber por transducción a dieta de límites y números con cristos de surrénders de sectores y cálculos para lograr el foco del primer tren con otro look de colgancias y citas de papeletas en defensa de la adicción a los crónicos sentados.

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