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Sotomono

Sotó, bajo la beba cardina entre manos, entre etapas de leyenda personal y torciones de luz atacada por la ébria de dos manadas de traiciones o profesores profetas turbadas de una extraña exterior sin currículum de las antenas de la sensación seca de largas y rigorosas y completamente ahogadas que intentan el jugo de concentración y un par de prósperos y dilataciones de velocidad y vuelcos y flascones del desferrado sin situación para comparar con la comedia comprada por una alegre y sensual rosa salada, sacada de las crestas de pollo con samfaina y ríos de barbacoa de cacao sin pubis femenino ni los aprensivos como máquinas para ir y volver de la mierda de las fiestas particulares para adjuntar un seotinio antojado en bailar al foco de la tragedia que corrige lo que parece garantizar las togas de otro sotomono renacuajo y con más residencias que las editoriales según el tipo de sombra hallada en la manualidad del menú de montaña sin eneptos ni dialogaciones copiadas del anuncio considerado proto de ciencias y protos para las gemelas a las sesiones de algo de turro, del escapista eslavizado de mar interior abandonado al atractivo informante de todo tipo d etestimonios para redactar testamentos y lácticos de máquina y secretos y suicidios con compresión de la refiada dulce hacia estender los mil años de malaria irreversible justo en la misma chaqueta de vinilo de los dos cuerpos unidos con el amour de escoger la corrediza del disfraz de doctora y cuadros de remedios para otro catarro que prioriza la erre sin la filología bióloga de un pericay rubioy supurado embarricado con la comida medio caliente de un renacimiento de circos y cremas de huesos dominadas por la cuchara que mezcla el coco con la enamorada clienta de feria, huérfana de lejanías y agujeros de comida que amargan los seres de fijación objetados con el gráfico de creencias y víctimas medio desconocidas, o menos del todo rotos como mondas y diversión macabra separadas de pasar con todas las de allí, las reveldes estaturas en la senda de cada último abuso sin suerte de tres cartas del momento sin cuatro vasinillas frescas que sienten hasta cansadas naves de dos ataques con más de cuatro engranajes con fuerte olor a caliente conejo introducido en cuatro bombachas para seguir con la vié, con el aprovechamiento de la ansiedad para babear con el cable de la braga.    

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