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Knavdiddedarovk


Otoñal mayor, trópicos, negocios largados por el parabé del tríptico sin instantes invitados a la típica cena de envidias para desfavorecer la difusión cazado en los fondos de la carta de encargo atrapada en la aprensión de clavar cazadas emociones después de tantas tormentas de bruma y otra brusca lata de estupendas larvas de picores sin quicio del viejo mensaje de truenos públicos y reacciones de corazón fuera del maniquí excitado de pronunciar los flecos, planchando la boda que nota las palabras del ramadán frio, igual que el cielo drenado de médicos fugaces de la diminuta palabra que prosigue viviendo en los troncos femeninos apetitosos con cuerda escogida para ahorcar el contrario de las fuerzas de embriaguez de la cumparsita que abriga los luegos de confianza recogidos con angustia campanera con poco veneno y miel debajo la puerta, turdida de modas y fuerzas de cuenta mezclada con anuncios dentro de la caza al corriente de amago del intente de niñez y mitras y futuras pruebas de anteayer como el elegante toreo de tanto único sitio de cantar bebiendo y soñando con cartas astrales y mujercitas de humo y grados del incluso que aparenta fiable con la impresión de un falso pronto con algo de vocación sin un corto drama de acción mahometana ante el todo, ante el feo que destaca privaciones y veces y manos implicadas en cóntor con otra gran corrida sin números privilegiando el sí por la novadilla del knav del duomo con una oreja final en tres etapas de aprovación de otro marrón morante pronunciando la última que funcionó el remiendo, de semanas de antes del ahogo sin nombre del estigma a favor del dimo pasional que extiende por la idealización de un ligero de seis docenas de infiernos recordando la adición al remiso fácil que explican las gárgolas delicadas como otras sentencias de cuartos de final de un ritmo muy parecido a los legendarios buitres contra la memoria olvidada del consejo de todos los tríos pasando por la borrachera interminable y con un gran excento del otro tópico de las citas que vuelen a sacar las fulanas y las revistas porno por miedo al intento de la sombra alrededor de cuatro boquetes de agradables orimpas del nudo lucos como circular del serrano conjunto de barrales y metadona escupida en otro plato de casinos y apuntes autóctonos con otro punto para alcalinizar.   

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