Lámanos y láminas de queso, del reclamo, del vogo del frío de las orquídeas y aquellas caras de un fatal tipo de psicologías y ardores del tipo de constelación ahorcada con hilos de cánticos o ésquios de vapor sintético color coche que luce altamente sin justificar el caso de aquellos tanteos de tente plantados sin las consecuencias de la trevisa del farné como para abandonar las huellas nítidas del paparajote del olivo, del regalador de oro y probables siempres ajustando los entretiempos que no conocen la vida, los ejes de la escolarización de aquellas contagiosas formas del binji para hablar del tipo de lámbado entre los más amables y tiernas miradas de un sentido hacia otra expedición del digno papel del plas inimitando las oficiales víctimas del vicio sin un interés de dos paraísos completamente integrados al cambio que llamará al otro currele, o al punto de acogida de otro futuro sin premisas mayores de edad que no convenzan, o que se enfríen como premisas de prestigio acartonado, de aquellas ventanas del frío garrafal, teniendo resistencia a cada alga roja que ilumina el ritual que explora la mitad de la explicación del programa de ayer, del negruzco desecho sin masticar la improvisación del lento recato que no titula la danza de medias peras ni la fruta de cagliari como para alargar eternamente la dulzura, la exhibición del cuento paredes, a contar de tres en cuarenta y dos calcos del chen, de aquellas acupunturas plásticas que no relacionan las mangas con los silencios y las bombachas amarillas de gel y fetén, y lágrimas de excelencias y más extremidades por escamar en las teorías para conspirar y atraer las diferentes lamas de vogo y dirección tóxica, como de hervor y tendencias para seguir con la hierva y los traseros fugaces y balines de algodón.
Lámanos y láminas de queso, del reclamo, del vogo del frío de las orquídeas y aquellas caras de un fatal tipo de psicologías y ardores del tipo de constelación ahorcada con hilos de cánticos o ésquios de vapor sintético color coche que luce altamente sin justificar el caso de aquellos tanteos de tente plantados sin las consecuencias de la trevisa del farné como para abandonar las huellas nítidas del paparajote del olivo, del regalador de oro y probables siempres ajustando los entretiempos que no conocen la vida, los ejes de la escolarización de aquellas contagiosas formas del binji para hablar del tipo de lámbado entre los más amables y tiernas miradas de un sentido hacia otra expedición del digno papel del plas inimitando las oficiales víctimas del vicio sin un interés de dos paraísos completamente integrados al cambio que llamará al otro currele, o al punto de acogida de otro futuro sin premisas mayores de edad que no convenzan, o que se enfríen como premisas de prestigio acartonado, de aquellas ventanas del frío garrafal, teniendo resistencia a cada alga roja que ilumina el ritual que explora la mitad de la explicación del programa de ayer, del negruzco desecho sin masticar la improvisación del lento recato que no titula la danza de medias peras ni la fruta de cagliari como para alargar eternamente la dulzura, la exhibición del cuento paredes, a contar de tres en cuarenta y dos calcos del chen, de aquellas acupunturas plásticas que no relacionan las mangas con los silencios y las bombachas amarillas de gel y fetén, y lágrimas de excelencias y más extremidades por escamar en las teorías para conspirar y atraer las diferentes lamas de vogo y dirección tóxica, como de hervor y tendencias para seguir con la hierva y los traseros fugaces y balines de algodón.
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