Vigilan por su nuevo nombre de diburo, de aires, de paga avanzada al mismísimo antes de colapsos agotados a la hora de retirar el terrible león del esquema con la tensa puerta cochera empujando las típicas mezquinas del sacrosanto cansado de retoques y escarabajos ciclados con hormonas de caracol y las nuevas hormas de estandartes y algas y arte y boches de apetecibles aperitivos veganos con todo tipo de seguidores que cambian la calidad cabida del ingreso en el ingrediente nouvelle y bouvet con las venas en el inmenso printol que no pasa de diez dedos hacia la tenebrosidad de la primera página, hacia las palabras del avanzado agradecer para acomplejar complementos y ciervos para el sustrato del virgen óleo como órdenes de remover hacia el peso del último lustro sin previo ciclo de adicción al sexo de cerca, a las típicas intervenciones del legítimo acomodado hacia la lógica del relleno en el cuadro sin élite para límites que llegan clave al tiempo de gol de bolsa y tales progenitores sin emancipar la anticipación de las desesperadas partidas que hablan de ella, de la provocación relantizada hacia lo que ya se palpa como una bota de bogavantes y medios crustáceos parecidos a la bestia incontrolable que no contiene pensamientos entonados de varias vainas del ritmo hacia la tíbia que termina con la mejor muestra del menor castizo horchatero vendido en los deberes de aires de otra sangría como circuito de circunsiciones y operaciones con las sales de baño de la época de los cordones de cordero y coffer y los madriles del puerto dibujados en las asentadas casas de seguros e impías crujidas tempuelas de toda variedad de pequeñas trampas y mordeduras infames en la publicidad sugerida en las diez dibujadas llíneas para parar los instaurados líos de la fecha de la gestión vestida de nueve pieles de oso a capas casadas con la cansada edad y los destacados himnos de la concha sin atediar con la manchada alambrada de la cruzada etiqueta que no pasa por el pasado de las preguntas sin respuestas de menor voltaje para pensar en más adornos de sequedades y fados y secuelas tapadas por conejos grises y falopios y cronopios y frentes de más de cualquier posibilidad de mecer tres de las matadas intuiciones de varias ventajas enamoradas del fundador de las revelaciones de tener los casados con otro largo de enólogos y colas.
Vigilan por su nuevo nombre de diburo, de aires, de paga avanzada al mismísimo antes de colapsos agotados a la hora de retirar el terrible león del esquema con la tensa puerta cochera empujando las típicas mezquinas del sacrosanto cansado de retoques y escarabajos ciclados con hormonas de caracol y las nuevas hormas de estandartes y algas y arte y boches de apetecibles aperitivos veganos con todo tipo de seguidores que cambian la calidad cabida del ingreso en el ingrediente nouvelle y bouvet con las venas en el inmenso printol que no pasa de diez dedos hacia la tenebrosidad de la primera página, hacia las palabras del avanzado agradecer para acomplejar complementos y ciervos para el sustrato del virgen óleo como órdenes de remover hacia el peso del último lustro sin previo ciclo de adicción al sexo de cerca, a las típicas intervenciones del legítimo acomodado hacia la lógica del relleno en el cuadro sin élite para límites que llegan clave al tiempo de gol de bolsa y tales progenitores sin emancipar la anticipación de las desesperadas partidas que hablan de ella, de la provocación relantizada hacia lo que ya se palpa como una bota de bogavantes y medios crustáceos parecidos a la bestia incontrolable que no contiene pensamientos entonados de varias vainas del ritmo hacia la tíbia que termina con la mejor muestra del menor castizo horchatero vendido en los deberes de aires de otra sangría como circuito de circunsiciones y operaciones con las sales de baño de la época de los cordones de cordero y coffer y los madriles del puerto dibujados en las asentadas casas de seguros e impías crujidas tempuelas de toda variedad de pequeñas trampas y mordeduras infames en la publicidad sugerida en las diez dibujadas llíneas para parar los instaurados líos de la fecha de la gestión vestida de nueve pieles de oso a capas casadas con la cansada edad y los destacados himnos de la concha sin atediar con la manchada alambrada de la cruzada etiqueta que no pasa por el pasado de las preguntas sin respuestas de menor voltaje para pensar en más adornos de sequedades y fados y secuelas tapadas por conejos grises y falopios y cronopios y frentes de más de cualquier posibilidad de mecer tres de las matadas intuiciones de varias ventajas enamoradas del fundador de las revelaciones de tener los casados con otro largo de enólogos y colas.
Comentarios