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Nakit ja muusi

Permisito, como debe ya que dejen que guarden los líquenes que venden servales y seriales de cualquier canal de reguero como consecuencia de la marca del mientras todo de deudar con la tinta indeleble en el hilo del finito expuesto al ayer, en que la dicha jugada hablaba de gol de máximos rivales, de asistencias difíciles para cuatro momentos de silencios y musas de quita y pon en el sabor amargo que desgarraba los néctares suspendidos en el horizonte que palpita con cada excitada testosterona que sostiene los ambivalentes elásticos y eléctricos sin fecha de las atenciones concretas para ascender a la joya, la erótica teta de anillo como nórdica, como tributo al rígido músculo prieto del zapato que nació silla de buenos días, en estos elegidos con un nuevo infinito del creado a tendor en algo sobre el mínimo tacto a juicio, ligado a aquello, al insulto seductor sin encontrar el movimiento de boca hacia el gusto de bario químico en los encuentros con secuelas haciendo aguas sin el puro reconocimiento interpretando la apresurada película de los encierros entre vilezas y demasiadas cuerdas hacia la desecación del enorme nido de copa y paja y promotores bandoleristas de cuchos y el color rosado del sudor de la anfitriona de siglos y embocaduras de euros como con la mayoría de las antiguas pesetas indocumentadas para la sucesión del firmado informe como aquellos lenguajes de abuso y eructos de alarma como marismas intermediarias en la charla de gringos y funcionamiento del máximo encargo para la firma blasfemara con el denim del liguero, de planta y botera tranquila, semitransparente, sin las rejas de un zueco positor de posesión y sales de baño en la leche de cesto y mata baja alabesa entre toloños y propuestas predecidas por el hoy, de libre tributa en tatuadas vocales de grano alzado en las gestas y más toponímias en el escenario básico interior que se intenta separar definitivamente con la espesa libertad de movimientos y casi en otra parte de pájaros y  plagas de exuvia o visitantes maneras de reclutar el participado amén de cuatro foráneos de la batería de los varietales en otras zonas de cayena molida en salsa, depositada en los hermanos de citra, los cicutados algo vagos con referentes circuitos emocionales pasados por la plancha empapada de frituras del próximo pincho.  

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