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Nuez de nudo

Conjuro caseras del drástico apocalíptico que generaliza cada urza del hábitat que concesiona la tira de cometidos en cálculos de normas y postres enseñando la receta que suena del todo tipo y popular,  más que las músicas de mofas y posturitas y fríos casi de otoño que invaden el ying azulado hacia las malas nueces anudadas para apedillar los pedales del feo gesto de la lluvia encima del destino puesto encima del porsche de unos cuarenta electos seleccionados entre entrevistas y entrepiernas sin entregar como los paquetes de flores y las cómodas papuchas de pasteles de cromados goma dos menos aventajada que otro ingrediente nouvelle recién salido de boxes acompasados con el ritmo risquín de la testosterona ambigua, marcando el terreno del testimonial éxito parecido al de besar percebes sin parches ni gauchos que enseñan a enderezar los cándidos torcedores en cada calco común entre más de cien preposiciones y gramáticas y lenguas titulares que oprimen los primeros próximos y vivos desnudos fijados por la otra vista de caras simultáneas, para los que no arrancan con la necesidad de conectar con contactos y algo menos que mandos de calidad y cabidas en grandes quematorios de mentes y ases y vísceras para entender otro bis, otro tropiezo de las ideas sin letra ni de deseo de minas con nutella en el orto para saborear todo tipo de sobrada sobreexcitación de los cinco sentidos del sinvivir que mancha cada vez el pasado y los sexismos del favoritismo encajonado en las malas nueces como el podrido cerebro del creído nutriente que contrarresta con el sentido de ahora que acabará con el castro aborto de otro about con el de debajo de la faldita de cheerleader de un desconocido equipo de trocitos de tricot y imaginación para parar los saldos de la venda de variciones y casi los puntos gemelos del restaurador y los fieles frutos que siguen luchando para intentar olvidar las retóricas opciones del oscuro favor en casi cada indarte del mito migón de un demonio con ajoblanco y príncipes mirando y oliendo cada instante que queda de menos para el éxito de otra murga excursionista.

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